Una postura frente al trabajo a realizar: hacerlo posible

Uno aprende a crear la dinámica posible con cada persona, en cuanto a la frecuencia , duración y permanencia en el tiempo. Es importante remarcar que el plan no es recibir un diploma, sino a ser artífice de la acción que permite el desprendimiento de la voz y entonces crear una impronta única en el otro, los semejantes, el público, la familia... Dado que la voz es nuestra primera presentación, poedemos "tocar" o no a través de nuestra voz en el discurso.

La comodidad no es equivalencia de error

Tenemos la tendencia al esfuerzo como idea de superación. Una de las cosas interesantes de incomporar la técnica vocal es descubrir que no se logran los cambios a través del esfuerzo y que cuando se llega a comprender la acción es "cómoda" y termina facilitando todo. Entonces es cuando la expresión tiene permiso, no hay interferencias con lo que queremos decir y nace entonces cómo decirlo. Un cuerpo que se dispone, ayuda a que los otros cuerpos, los que escuchan, puedan instalarse en la temporalidad del discurso. La idea del esfuerzo frente a la dificultad no opera en este campo. Comprender la acción que habilida el sonido es un acuerdo mente-cuerpo que nos integra y nos posibilita comunicarnos.