El programa del error

A veces lo que hay que destrabar es la programación de la acción, cómo me dispongo, cómo me preparo...ahí está la raiz de la eficacia. Quiero decir que si me convenzo de que no lo puedo hacer, será imposible seguro...Si se habilita la posibilidad y escucho nuevas consignas voy a poder trazar un nuevo camino que me ayude a lograr el objetivo. En la voz el instrumento es todo el cuerpo y sus memorias, hasta la afinación es parte de la memoria de todo lo escuchado. Por eso al ofrecer una mirada y guiar en las consignas se pueden abrir nuevas conexiones, nuevas imágenes que nos lleven a la acción desconocida sin temosr, sin las premisas del error. Cuando la voz va encontrando su "centro" en cada persona vivo la misma experiencia: algo se desprende y toca de otra manera, algo finalmente está representando al emisor en su posibilidad de belleza, algo entonces se desprende y puede llegar a recrearse en los otros, como canto , como discurso. Es una tarea individual pero que puede compartirse en los grupos, participando de los procesos de los compañeros como posibles espejos, mientras nos transformamos en testigos del cambio.